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El náhuatl (autoglotónimo: nawatlahtolli) o mexicano[9] es una macrolengua utoazteca que se habla principalmente en México y Centroamérica. Durante la mayor parte de la historia del náhuatl, este se mantuvo como lengua franca de la región. En la actualidad, el idioma mexicano es la lengua autóctona de México con mayor número de hablantes,[10] con cerca de tres millones, la mayoría bilingüe, usualmente en español.
La expansión de la lengua podría haber empezado con la expansión de la cultura coyotlatelca durante el siglo V y siglo VI d. C. en Mesoamérica,[11] la lengua comenzó su rápida difusión por el Eje Neovolcánico y se extendió por la costa del Pacífico. Fue así como dio origen al pochuteco y a otra rama en la región geográfica de Veracruz que más tarde daría origen al náhuat de El Salvador.
Poco a poco, el náhuatl comenzó a imponerse a otras lenguas mesoamericanas hasta convertirse en lengua franca de buena parte de la zona; en una primera etapa se difundió en el área central de México gracias a los toltecas y los tepanecas; posteriormente, en una segunda etapa, que tuvo lugar a partir del siglo XV, esta lengua se expandió en todos los territorios conquistados y dominados por el Imperio mexica.
Durante los siglos que precedieron a la conquista española y tlaxcalteca del Imperio mexica, los mexicas habían incorporado a sus dominios gran parte del centro de México. La influencia imperial convirtió a la variante del náhuatl que hablaban los habitantes de México-Tenochtitlan, capital del imperio, en lengua de prestigio en la región de Mesoamérica. Después de la llegada de los españoles a México, se sistematizó la gramática del náhuatl, que hasta entonces no tenía grafía latina.
Los españoles escribieron muchas crónicas, gramáticas, obras poéticas y documentos administrativos en náhuatl durante los siglos XVI y XVII.[12] Esta temprana práctica escrita, generalmente basada en la variante de Tenochtitlan, ha sido denominada náhuatl clásico y es una de las lenguas más documentadas y estudiadas de América. Debido a la popularidad y prestigio del idioma y,[13] en parte, a la expansión territorial a causa de los conquistadores,[14] el rey Felipe II de España estableció el náhuatl como idioma oficial del Virreinato de Nueva España en el año 1570.[15]
Actualmente, diversas variantes del náhuatl se encuentran en comunidades dispersas, principalmente en áreas rurales del centro de México y a lo largo de la costa del Golfo. Hay diferencias considerables entre variantes y algunas no son mutuamente inteligibles. La región de la Huasteca concentra una gran parte de los hablantes, siendo el mexicano de la Huasteca la variante más hablada. Todas las variedades han tenido diferentes grados de influencia del español. Ninguna de las variantes contemporáneas es idéntica al náhuatl clásico, aunque las variantes centrales, habladas alrededor del Valle de México, están más estrechamente relacionadas con este que las de la periferia.
Evidencia dialectológica indica que las variantes modernas no evolucionaron de la variante hablada en Tenochtitlan, sino de variantes regionales ya existentes antes de la codificación del llamado náhuatl clásico. Siguiendo esta idea, se ha propuesto que la lengua de la capital fue una koiné resultante del contacto entre hablantes de distintas variantes.[16] Hoy se habla principalmente en 17 de los 31 estados de México (Puebla, Veracruz, Hidalgo, Guerrero, San Luis Potosí, estado de México, Nuevo León, Morelos, Tlaxcala, Jalisco, Tamaulipas, Oaxaca, Michoacán, Durango, Nayarit, Colima y Tabasco), en la Ciudad de México y en comunidades nahuas de Estados Unidos.[17][18]